Y un día volvieron. Pasaron seis años hasta que las haches se instalaron otra vez en Atlético Tucumán. Por un par de días, la fisonomía del estadio "decano" cambió para ser testigo de una pasión que en la provincia se vive de manera especial. Lo anunciaba la voz del estadio: "en minutos disfrutaremos de Los Pumas-Escocia en la capital nacional del rugby".
El polvo que cubrió los recuerdos de las patadas internacionales a los palos en tierras tucumanas desapareció. Si bien la historia no concluyó con una victoria, el triunfo radicó en que otra vez Tucumán contó con un espectáculo como se merece. Por eso se disfrutó tanto en las tribunas.
Los ojos de los fanáticos del rugby no tenían permiso para cerrarse. Desde la entrada ya todo era un carnaval.
Primero, por el grupo de escoceses. ¿Cómo el público se dio cuenta de ellos? No por su piel blanca -casi rosada-, no precisamente por el sol, ausente en la cita, sino por alguna bebida para aplacar el frío. Tampoco por su cabellera rubia, rozando el dorado. Menos por el idioma, sino por la vestimenta. Sí, considerados valientes por algunos hombres y respetados por sus gustos por algunas mujeres, los escoceses estaban con sus particulares polleras a cuadrillé.
Ya en el interior del estadio hubo ausencia de banderas pero presencia de afecto verbal y visual. Curiosamente, sólo se vieron tres banderas en el estadio, que identificaban a Chaco, Formosa y Catamarca. A falta de los "trapos", los cantitos y la expresión corporal aportaron lo que faltaba para el clima de fiesta.
La ola humana provocó que todos se levantaran de sus asientos, una y otra vez. Entre tanto entusiasmo por el vistoso suceso, los hinchas dejaron de prestarle atención al partido, hasta que los escoceses se pusieron a centímetros del in goal. En ese momento, al canto de "¡vamos Los Pumas!" indicó queno debía descuidarse el oficio de hinchas. Así, los tucumanos cumplieron con la misión: alentar al seleccionado en un regreso muy esperado.
Alto nivel
Fernando de la Orden, tenor e integrante del grupo Quattro, realizó una estupenda interpretación de la parte final del Himno. Se ganó una ovación.
Neville, la flor
Los británicos tuvieron en Isabel Neville una digna intérprete de "La flor de Escocia". La cantante es protagonista de numerosos espectáculos en Tucumán.